A principios de enero un sacerdote irlandés negó la comunión a un político que votó a favor de la «legalización» del aborto.
El padre John Hogan se negó a dar la comunión a Robert Troy, en un funeral el 4 de enero. El político participaba una misa en la iglesia de San Nicolás, en Multyfarnham, diócesis de Meath.
Públicamente manifestó que votó a favor del aborto
Robert Troy, miembro del Parlamento irlandés, tenía un historial previo pro-vida, hasta que manifestó públicamente que había votado a favor del aborto en el referéndum sobre el aborto de mayo de 2018. En ese referéndum los irlandeses votaron de manera abrumadora a favor de anular la Octava Enmienda de la Constitución de la República de Irlanda que protegía el derecho a la vida de los concebidos, lo que conllevaba la legalización del aborto.
Muchos vieron el voto de aborto de Irlanda como el último signo de su pérdida de identidad católica. En diciembre de 2018, Troy dijo a la prensa que había votado por el aborto en el referéndum el año pasado.
División de obispos sobre cómo afrontar la situación
Desde la votación sobre el aborto en mayo de 2018, los obispos han estado divididos sobre cómo afrontar las consecuencias de la legalización del aborto en Irlanda.
En una homilía en el día de Año Nuevo, el obispo Kevin Doran, de la diócesis de Elphin, denunció a políticos que respaldan el aborto, advirtiendo que han «elegido una posición que claramente está fuera de la comunión con la Iglesia».
En mayo de 2018, el obispo Doran manifestó que aquellos que a sabiendas votaron a favor del aborto tenían que confesarse.
El primado de Irlanda, el arzobispo Eamon Martin, de Armagh, hizo comentarios que sugerían que los defensores de la vida debían luchar para garantizar que la nueva legislación sobre el aborto «permita el aborto sea raro, seguro y legal». Un portavoz del arzobispo más tarde afirmó que este comentario fue tomado fuera de contexto.
El obispo Cullinan de Waterford y Lismore ha dicho que aquellos que votaron por el aborto no deberían ir a comulgar a menos que se arrepientan y se confiesen. Sin embargo, el obispo Cullinan también ha matizado que no le negaría a esas personas la comunión, «porque entonces se politiza la Misa en sí misma, una situación muy incómoda en la que uno no quiere meterse».
El P. John Hogan y su apostolado
El padre Hogan es párroco en la diócesis de Meath. También es fundador de la «Fraternity of St Genesius», una asociación privada de fieles laicos que ofrece apoyo espiritual y oraciones a quienes trabajan en el cine y el teatro. Su homónimo, San Genesio de Roma, es el santo patrón de los actores.
24 comentarios
Pero si el que vota a favor del aborto se declaró previamente católico entonces quien queda al pie de los caballos es nuestra fe católica que de ningún modo puede ser diferente en el ámbito público que en el privado. Y por otro lado la dignidad de la Vida humana y su sacralidad desde la concepcion hasta la muerte natural precede a cualquier organización politica o social. Ni la politizacion ni la despolitización pueden ser obstaculo para defender el derecho a nacer. " No matarás" es un mandato
divino, no una politizacion de nada.
Aquí en España no tenemos ese problema: apenas hay políticos proabortistas y los que hay nunca comulgan.
Por otro lado, lo que ha hecho éste sacerdote no es a razón sino lo que dice el Catecismo de La Iglesia Católica en su punto 2272. Mi apoyo total a la conducta de éste ministro del Señor.
"una situación muy incómoda en la que no quieres meterte"
jajajaja Así está la Iglesia.
Loa fariseos sabían que cuando las hojas de la higuera se ponen tiernas se acerca el verano, pero no reconocieron a Jesús, el Mesías. Ahora pasa lo mismo, los obispos y cardenales creen que el P. Hogan es un idiota porque el fin de los tiempos llegará dentro de 10.000 años.
¿Serán estos obispos y cardenales los nuevos fariseos a los que Jesús llamó hijos de Satanás?
Para comprobarlo tal vez no haya que esperar 10.000 años, ni 1.000, ni siquiera 100, todo esto puede estar a la vuelta de la esquina, porque Dios le revela sus secretos a los más pequeñitos y ciega a los poderosos que ven muy bien.
¿Cuándo vamos a entender que las cosas de Dios no se ven con los ojos del cuerpo sino con los ojos del alma?
Digo yo que querrán decir su EPÓNIMO, que no es lo mismo ni parecido. Por favor, cuidemos un poco el lenguaje, que es nuestra forma de comunicación, y hacerlo también es una forma de agradar a Dios.
No me imagino a San Ambrosio o San Agustín opinando como él.