Patrick Morrisey, Fiscal General de Virigina Occidental, ha demandando a la diócesis de Wheeling-Charleston y al obispo emérito de la misma, Mons. Michael Bransfield, alegando que «a sabiendas emplearon pedófilos y no llevaron a cabo una verificación de antecedentes adecuada» sobre los empleados que trabajan en escuelas y campamentos.
Patrick Morrisey escribió en Twitter que estaba presentando una acción civil contra la diócesis y el obispo por «engañar a los consumidores y afirmar que sus escuelas estaban a salvo cuando estaban empleando pedófilos acusados de forma creíble».
Segun el Washington Post la medida podría sentar un precedente en el tratamiento de las acusaciones por abuso infantil contra la Iglesia.
Marci Hamilton de CHILD USA dijo:
«Esto es lo más serio que hemos visto hasta ahora en términos de enjuiciamiento, en términos de acusación contra alguien en los niveles más altos de la jerarquía. Esta es la primera vez que vemos una demanda completa contra una diócesis y un obispo».
La semana pasada, el arzobispo de Baltimore, William Lori, prohibió al obispo Bransfield ejercer el ministerio sacerdotal en su archidiócesis. Mons. Lori está investigando las denuncias que acusan a Mons. Bransfield de acosar sexualmente a adultos y ha enviado un informe al Vaticano para que la Santa Sede emita un veredicto.
8 comentarios
Estas son los ataques anunciados hace meses con alegría indisimulada por Vidal, que tanto publicita a los jesuitas de Deusto, para dejar a la Iglesia sin un dolar, ni para pan y vino.
Si es culpable y tiene la 'gracia' de ser amigo de un célebre personaje que habita en el Vaticano, lo más probable es que Mons. Bransfield renuncie a todo en su diócesis alegando delicados (aunque desconocidos) problemas de salud, se dé una vuelta por España y termine en un puesto creado ex nihilo para él en el Vaticano. Tiene el perfil perfecto. Claro: si cuenta con esa amistad de la que gozaba Zanchetta...
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LF:
En este caso ya no tiene que renunciar. Es emérito.
El fiscal en su escrito comete la misma falta de la que acusa a la diócesis. Acusa a esta de no informar a los “consumidores”, los padres, que estaban empleando a acusados de abusos. El fiscal empieza su escrito derivándolo del famoso informe de la vecina Pensilvania, buscando si alguno de este informe pudo estar en Virginia. Pero este fiscal no informa a sus “consumidores”, los ciudadanos, que ese informe de Pensilvania fue incoado y desarrollado por una fiscal, Kathleen Kane, condenada por perjurio y organización criminal entre otros crímenes, por lo que tuvo que dimitir. Debería demandarse a sí mismo.
Dice el fiscal político Morrisey que la diócesis es el octavo sistema escolar más grande de Virginia. No dice nada de que haya investigado por lo mismo a los siete más grandes sistemas escolares. Lo que revela su mala fe, la confesa desprotección que causa a la mayoría de los niños de su estado, y su afán de perseguir a la Iglesia católica.
Por esto, el fiscal solicita al juez “Order PERMANENTLY ENJOINING and RESTRAINING the Diocese” y una Orden que imponga todo alivio equitativo disponible a la Corte incluyendo, pero no se limite a medidas cautelares, restitución y desagregación; y Introduzca juicio contra el obispo Bransfield y la Diócesis y ordene cada uno de que paguen multas civiles por todas y cada una de las violaciones voluntarias y repetidas.
Se puede ver la demanda del fiscal, 14 páginas, en: “ago.wv.gov/Documents/Diocese%20complaint.PDF”
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LF:
Ya fue candidato al Senado.