Mons. Erwin Kräutler, obispo emérito de Xingu y coautor del »Instrumentum laboris» del sínodo amazónico, no solo conocía la práctica del infanticidio entre pueblos indígenas del Amazonas, sino que escribió un artículo en el que se preguntaba si sería correcto denunciarles ante las autoridades.
La verdad sobre la práctica del infanticidio entre algunas tribus amazónicas salió a la luz gracias a la pregunta de un periodista en la rueda de prensa posterior a la segunda jornada del Sínodo para la Amazonia.
El cardenal peruano Pedro Ricardo Barreto dijo que nunca había escuchado que «20 tribus practiquen el infanticidio. Esto no se puede decir tan a la ligera, ya que apunta a una situación de salvajismo».
Sin embargo, Victoria Lucia Tauli-Corpuz, Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, participante en el Sínodo, reconoció que el organismo para el que trabaja sí es conocedor de esa práctica entre indígenas.
Hoy Sandro Magister ha hecho público que Mons. Eriwn Krätuler, obispo emérito de Xingu, protagonista destacado del sínodo tanto por su condición de coautor del Instrumentum Laboris como por su apoyo a la ordenación de hombres casados y de mujeres diaconisas, sabe desde hace mucho tiempo que hay indígenas que asesinan a sus hijos.
En una declaración que hizo el 10 de abril de 2009, siendo presidente del Conselho Indigenista Missionário (CIMI) de la Iglesia brasileña, Mons. Kräutler admitió que «entre algunas tribus de los indios brasileños aún existe la práctica cultural del infanticidio».
Pero, lo que es peor, preguntó si convenía perseguir estas «costumbres especiales de carácter temporal con el Código Penal». Estas fueron sus palabras:
«¿Qué opciones pastorales son apropiadas? La cuestión es cómo tratamos con personas que tienen una visión diferente y, en este ámbito, no se guían por los valores cristianos, sino que, en algunas circunstancias, llegan a acabar con la vida de un niño. Si bien esos casos son extremadamente raros, un solo infanticidio ya es demasiado y no es posible aceptarlo simplemente encogiéndose de hombros. Sin embargo, ¿cómo debemos proclamar el Evangelio como buena noticia en esta situación? En un caso tan extremo, ¿deberíamos llevar ante la justicia a todo un grupo étnico, encerrar a la madre y al niño y perseguir costumbres culturales especiales de carácter temporal con el Código Penal? ¿O deberíamos tratar con todas nuestras fuerzas y nuestra paciencia pastoral de convencer a las personas de que la muerte culturalmente planificada de un niño es anacrónica y socava su propia estrategia vital? Siempre nos mostramos a favor de la supervivencia física y cultural de los indios y lo hacemos tomando como fundamento el Evangelio y no con el evangelio del fundamentalismo. Por supuesto, aquí se nota que los espíritus son diferentes».
En el Instrumentum Laboris no se indica nada sobre esas prácticas de algunos pueblos indígenas. Al contrario, se presenta a todos de forma radicalmente positiva.
37 comentarios
No se cual es el evangelio del fundamentalismo, me sorprende la expresión, como también la última frase, de que alli "los espiritus son diferentes", que yo sepa, solo hay espiritus buenos y espiritus malos, si no son los del evangelio, serán los malos.
Parece que a los indígenas se les trata como si fueran marcianos, y no como al resto de los seres humanos del planeta.
Desde luego, son bastante feos y un poco raros, pero son seres humanos, con los mismos derechos y obligaciones que los demás.
La predicación del evangelio es el mismo mensaje para todos, Al menos Jesus no hizo excepciones.
Y sobretodo qué necesidad existe por mezclar la Palabra Viva y Eterna de Dios, con prácticas idólatras ancestrales?.
¿Cuál será la diferencia entre uno y otro Evangelio?
Por los tiempos que corren, yo diría que con "Evangelio" se refiere al Evangelio pasado por el tamiz del relativismo y con "evangelio del fundamentalismo" se está refiriendo al Evangelio tomado en toda su radicalidad.
Rigorismo, fundamentalismo, moralismo; etc. son palabras que usan los relativistas, para sustraerse a las exigencias del Evangelio y para desautorizar a quienes lo viven con verdadera fidelidad.
Que lean el libro del padre José Antonio Sayés "Antropología del hombre caído, el pecado original", porque parece que a algunos obispos y cardenales se les ha olvidado el fundamento de sus creencias.
Estos obispos son peores que Anás y Caifás
Saludos cordiales.
Yendo a las "modernidades progresistas", se ha llegado a Abolir la Pena de Muerte en los paises civilizados, porque las leyes se han modificado expresando la "inutilidad" de "matar" a un criminal, dado que, supuestamente, ello no contribuye a la "mejoría" de la sociedad que realiza dicha práctica aludiendo que "no es instructiva ni útil, dado que se han producido casos de aplicar pena de muerte a reos que, después de ajusticiados, se probaron inocentes de los cargos por los que les habían condenado y privado de vivir".
¿Cuál es la "utilidad" de una "religión", una "sociedad" y/o un "grupo étnico" que aplica la "pena de muerte" a infantes, ya sea en la "versión aborto", o en la de un "niño de corta edad"?
Estamos retrocediendo lastimosamente. Es una HIPOCRESÍA ENORME, DEFENDER LO INDEFENDIBLE.
Usted solamente espere y -¡téngalo por seguro!- a no tardar mucho le sacarán de dudas... lo que ocurre es que para entonces ya será demasiado tarde para usted...
¿Y usted es Obispo, Sucesor de los apóstoles?!!!
¡Cielo Santo, cuánta abominación!
Ven, Señor, Ven y salva a Tu Iglesia!
Ante la divinidad que el ser humano intuye, una de sus primeras preguntas es: ¿Cómo manifestar al ser supremo el agradecimiento y sumisión?.
Y las respuestas que se da van desde acotar espacios dedicados a dar culto a ese dios que percibe (templos, adoratorios…), dictar unas nociones doctrinales sobre la divinidad y su relación con los humanos, establecer y fijar rituales en los que participen sus vecinos y descendientes (cantos, ceremonias, ascesis…), apareciendo así dos requisitos religiosos : sacerdocio y sacrificio, conceptos ambos precristianos, el sacerdote es quién realiza la «sacralidad» del sacrificio o ceremonia por el cual se «hace sagrado» un acto, lugar, día…
Pero ante la pregunta de «¿qué ofrecer a la divinidad?, aparecen los frutos y dones de la tierra, vegetales, animales y minerales (agua, oro…), y ofrecerlos en los mismos términos en que aparecen o son posibles en la naturaleza, «inventando» incluso formas de transformar las ofrendas, pasando de uno a otro: sólidos (lámparas de cera), líquidos (derramando en tierra o sobre el fuego) gaseoso : (cremación de plantas aromáticas, incienso etc., holocausto de víctimas).
Pero en un siguiente o al menos posible paso, a la pregunta de ¿cual es la mejor y más aceptable víctima?, la respuesta que se han dado muchas religiones es «el ser humano», y en ese proceso cabe : ¿y entre los seres humanos a quién elegir?, y la respuesta fue en ocasiones : «e
Usted solamente espere y -¡téngalo por seguro!- a no tardar mucho le sacarán de dudas... lo que ocurre es que para entonces ya será demasiado tarde para usted...
¿Y usted es Obispo, Sucesor de los apóstoles?!!!
¡Cielo Santo, cuánta abominación!
Ven, Señor, Ven y salva a Tu Iglesia!
y la respuesta fue en ocasiones : «el propio hijo», y ¿quién mejor que el primogénito?.
En este plano exclusivamente antropológico, hay mucha intuición verdadera. Verdad que vendrá a «limpiar y ensalzar» Nuestro Señor Jesucristo, como Víctima Perfecta, con su Sacerdocio Perfecto, y como Ofrenda Perfecta, Hijo primogénito del Padre.
A la antropología le faltaban los datos de la Revelación, y le sobraba la incursión satánica en las actividades humanas.
Por eso, con un Patrimonio Doctrinal y litúrgico de más de veinte siglos, con el Magisterio y Redención de Cristo vivo Ayer, Hoy y Siempre, se quiera llevar a Su Iglesia a andurrear hoy por patrimonios religiosos panamazónicos de antropologías tan ancestrales como ignorantes, y superadas en calidad y calidez espiritual y carnal por la Doctrina de Cristo, es aberración, catetez, tontería, sandez, y hasta posiblemente satanismo aliñado en algunos Judas.
Regnare Christum volumus.
Usted solamente espere y -¡téngalo por seguro!- a no tardar mucho le sacarán de dudas... lo que ocurre es que para entonces ya será demasiado tarde para usted...
¿Y usted es Obispo, Sucesor de los apóstoles?!!!
¡Cielo Santo, cuánta abominación!
Ven, Señor, Ven y salva a Tu Iglesia!
Como comentario, remito al de Nestor: es lo q yo pienso, pero no hace falta repetir lo q ya ha explicado el con toda claridad.