El arzobispo emérito señala también que lo que está ocurriendo «contrasta con la situación de otros países y de Conferencias Episcopales enteras, que contradicen claramente la Tradición y el Magisterio de la Iglesia. Y, sin embargo, pueden seguir adelante como ocurre, por ejemplo, con el sínodo de la Iglesia alemana».
El conflicto en la diócesis argentina de San Rafael continúa su escalada, después de que el obispo de la diócesis, Mons. Taussig cerrase el seminario, primero sin dar un solo motivo, y después por una supuesta falta de seguidismo a sus obsesiones. La Conferencia Episcopal de Argentina ha decidido respaldar la decisión de Mons. Taussig.
Mons Aguer, arzobispo emérito de La Plata, y con el que Mons. Taussig mantenía una amistad advirtió por carta al obispo de San Rafael sobre el error cometido. La Nouva Bussola Quotidiana ha entrevistado a Mons. Aguer sobre la situación que reproducimos por su interés.
Excelencia, ¿nos podría contar algo sobre la llamada telefónica con Taussig?
Monseñor Taussig me llamó dos veces por teléfono y yo le dije lo que pensaba: que había cometido un error con ese decreto sobre el modo de comulgar. Pero él insistió en sus argumentos y no nos pusimos de acuerdo. Probablemente ya había leído mi artículo «La comunión en tiempos de pandemia», publicado en InfoCatólica. Tengo que aclarar que, aunque tengo con él una relación amistosa de muchos años, me sorprendió que me llamara por segunda vez. Y yo insistí en los fundamentos que le había dado.
¿Qué opina de la protesta de los fieles? ¿La comunión en la mano es una motivación justa?
Actualmente ese tipo de reacciones se da con frecuencia en la sociedad civil. No es extraño, por tanto, que ocurra también en la Iglesia. Además, la diócesis de San Rafael tiene una orientación bien definida desde hace muchos años. Me atrevo a pensar que el Decreto de monseñor Taussig no gustó nada a la mayoría de los feligreses. Insisto en que considero que ese Decreto era innecesario y que, en sustancia, es contrario a la disciplina vigente en la Iglesia y a la libertad de los fieles. Cualquier católico tiene derecho a comulgar de pie o de rodillas; en la mano o en la boca. Es curioso que el presidente de Argentina también haya asumido el presunto deber de cuidar la salud de los ciudadanos prohibiendo el culto divino.
¿Y usted qué piensa de la comunión en la mano?
Como he dicho, según la disciplina de la Iglesia existe esta diversidad en el modo de comulgar. Personalmente pienso que si alguien comulga en la mano debería hacer antes un gesto de adoración. San Agustín decía: «Nadie puede comer este pan sin antes adorarlo». Mi experiencia pastoral me inclina a preferir la comunión en la boca. No pocas veces, celebrando en la catedral, he tenido que retener a algún comulgante que se estaba llevando la Hostia Consagrada. Queda por resolver, por otra parte, el problema de las partículas; sobre todo porque se ha perdido la costumbre de utilizar una bandeja, y al comulgar en la mano pueden quedar en ella pequeños fragmentos que contienen la presencia real del Señor.
¿La violación de una medida pastoral debida a una emergencia externa como la pandemia puede justificar el cierre de un seminario?
No me animo a dar una respuesta porque se trata de una situación totalmente anómala. Aunque en estos tiempos en los que la Iglesia prefiere el diálogo convendría más la persuasión que las medidas de autoridad.
¿Qué está sucediendo en la Iglesia? Esta historia nos habla de la falta total de libertad de los fieles y de paternalismo para con los seminaristas y los sacerdotes. ¿Es así?
Se habla comúnmente hoy día de una crisis de la Iglesia. El reciente libro del cardenal Sarah «Se hace tarde y anochece» habla de una crisis del Magisterio en términos muy severos. Dice que se ha impuesto una cacofonía. Muchas veces las decisiones de las Conferencias Episcopales se imponen democráticamente y los obispos acaban aceptándolas. Los fieles, por lo general, no se enteran de las decisiones superiores; a no ser que en la predicación ordinaria los sacerdotes insistan en ellas. Si la decisión de cerrar el seminario procede del organismo competente de la Santa Sede, se comprende que monseñor Taussig haya ejecutado. La cuestión que queda por discernir es cómo se ha precipitado esta situación que parece mostrar que los motivos de diferencias y discordia vienen de hace tiempo.
¿Qué pasará con estos seminaristas? ¿Teme que esto enfríe su fe y su posible vocación?
Ante todo habría que recordar que en Argentina, al igual que en otros países, los seminaristas son muy pocos en la mayor parte de las diócesis. Diócesis que tienen más de un millón de habitantes cuentan con una treintena de presbíteros; y los seminaristas se pueden contar con los dedos de una mano. La cuestión está entonces en la vida de la Iglesia; que es algo mucho más amplio que el problema concreto de las vocaciones. Yo he sido Rector de un Seminario durante una década. Y, como Arzobispo, durante veinte años, he ido al Seminario todos los sábados a ofrecer una charla de formación a los seminaristas y a celebrar la Misa. Mis vacaciones las he pasado siempre con ellos en una casa de campo del Seminario; esto me ha dado ocasión de conversar asiduamente con los cuarenta y cinco sacerdotes que he ordenado. La cercanía del Obispo, una cercanía esclarecedora y afectuosa, es fundamental. Lo único que puedo hacer es rezar para que las vocaciones de esos cuarenta muchachos del seminario de San Rafael no se pierdan.
Hemos conocido también la sustitución repentina y totalmente injustificada del obispo de San Luis. Se habla de un «castigo» debido a la polémica por haber prohibido a las niñas hacer de monaguillos. ¿Esto puede ser suficiente para una sustitución sin motivo? ¿Qué está sucediendo en Argentina?
Me ha sorprendido dolorosamente lo ocurrido en San Luis. Desde los años setenta, y por petición del fallecido monseñor Juan Rodolfo Laise, he visitado asiduamente la diócesis. Y seguí haciéndolo por petición de sus sucesores también. El año pasado, durante una semana, ofrecí conferencias al clero, a los seminaristas, a las religiosas y a los laicos. No he notado ningún signo de oposición al Obispo. Todo lo contrario. Tengo la impresión de que se ha dado una importancia desmesurada a algunas decisiones secundarias de monseñor Martínez, como, por ejemplo, prohibir que en las celebraciones litúrgicas sean niñas o adolescentes las que reemplacen a los varones. Monseñor Martínez tiene una sólida formación filosófica y teológica. Lo he comprobado escuchándolo en algunas de las Semanas Tomistas de Filosofía en las cuales yo también participo. Por otra parte, es canonista, por lo que presumo que conocerá cómo se puede obrar en materia de autorizaciones o prohibiciones. Porque teniendo en cuenta las declaraciones del cardenal Sarah, que ya he citado, existen en la Iglesia sectores fuertemente progresistas que difunden el descrédito y la oposición a quienes consideran apegados a la gran Tradición de la Iglesia. Quizás la Santa Sede ha tenido razones para proceder como lo ha hecho. A mí no me corresponde intervenir en este asunto
¿Por qué la noticia de San Rafael es grave no solo para Argentina, sino para toda la Iglesia universal?
Porque contrasta con la situación de otros países y de Conferencias Episcopales enteras, que contradicen claramente la Tradición y el Magisterio de la Iglesia. Y, sin embargo, pueden seguir adelante como ocurre, por ejemplo, con el sínodo de la Iglesia alemana.
44 comentarios
Pues entérese ya de una vez, hombre. Y así entenderá que ese obispo no busca el bien de los fieles sino imponer su criterio de forma autoritaria en contra de la propia ley de la Iglesia.
Las preguntas que nadie quiere hacer son:
por qué un fiel que dice amar a la Eucaristía prefiere no comulgar, que comulgar en la mano? Cree que comete pecado mortal? Quién le enseño esto?
Y por qué saceedotes con formación y formadores alentaron esta rebeldía? Dónde dejaron su voto de obediencia? Qué les están enseñando en el seminario que tomaron de rehen?
No escondamos la cabeza en tierra. Existe en el mundo una apología de la desobediencia individualista y soberbia, que está infectando la Iglesia.
Monseñor Aguer también sabe que ese es el nudo, porque al final compara la situación a la Alemana pidiendo igual trato, como si dijese: "si ellos desobedecen, porque estos no..." Tristísimo.
Bendiciones.
Quienes desobedecen, en todo caso, son esos obispos, no los sacerdotes ni los fieles que quieren salvaguardar su derecho.
Así de simple.
Lo que Mons. Aguer se pregunta es por qué se les permite a los alemanes ir en contra de la doctrina de la Iglesia, que sin duda es bastante más grave que el que haya fieles que quieran que se respeten sus derecho.
Y se lo hace, sin fundamento científico ¿ Es más peligrosa la comunión en la boca ? ¿ Que tanto más peligrosa es ? ¿ O sólo son presunciones ?
¿ Se analizaron alternativas como higienizarse entre comulgante y comulgante ?
No tienen respuesta a todo ello por lo tanto es INEVITABLE pensar MAL.
Por último, creo que no se analizó mucho este tema desde el ángulo de VIOLENTAR LAS CONCIENCIAS. Aunque la conciencia de la gente fuese errada( y no creo para nada lo sea), violentarla es algo que debe evitarse por todos los medios disponibles.
Qué gravísimo delito han cometido los seminaristas para que cierren el Seminario?
Querer comulgar en la boca, cuando su confinamiento no tiene riesgo?
La obediencia también tiene límites, y uno de ellos es la sensatez o insensatez de lo que se ordena.
Y de paso, qué fundamentación teológica, Escrituristica o de tradición se invoca para comulgar en la mano?
Saludos cordiales.
Sin ningun animo de polemizar, un principio del derecho es que el individual no puede primar sobre el comunitario. Tampoco invertir el orden jerárquico. Imaginemos si un grupo reclama recibir la Eucaristía todos los días a las 3 de la tarde. Prima su derecho sobre toda la organización diocesana?
Se puede discutir si fue acertada o no la medida del episcopado? Por supuesto. Pero el hecho es que se dispuso algo que está perfectamente permitido por ser una situación extraordinaria (más alla de que sea adecuada, prudente, etc) y que luego se desobedecio esta disposición.
Se habían agotado medidas de reclamo previas de acuerdo al derecho? Nada se dice.
La gravedad pasa a ser, por lo tanto ahora, la rebeldía publica. Este es el hecho.
La intención es buena? No alcanza para cambiar la moralidad del acto. De supuestas buenas intenciones está empedrado el camino al infierno. Si no, pregunten por un tal Lutero.
Otro tema es si fue prudente cerrar el seminario. Dispondremos en algún momento de suficiente informacion para elaborar un juicio responsable? No lo se. Sospecho que habrá cosas que nunca sabremos.
Habrá que seguir rezando para que todos los involucrados pacifiquen on caridad y prudencia
Bendiciones.
Le han presionado para que tome una medida de la que ya estará arrepentido, pronto lo "renunciarán" como hace poco hicieron más subrepticia y traicioneramente con el Obispo de San Luis (curiosamente, ex-rector del Seminario de San Rafael) y enviarán otro Obispo que llegará con el "trabajo sucio" ya hecho.
Posiblemente no sabe que nuestro obispo acá en San Rafael no solo tomó medidas arbitrarias, sino con su soberbia amedrentó a personas mayores y familias faltándole el respeto si no pensaban como él.
Realmente estamos en tiempo de cruzadas para defender nuestra fe.
Taussin se maneja con prohibiciones , amenzas cuando se dirige a los fieles
Como también prohíbe misas , sanciona sacerdotes y sobre todo como el manifestó escondiéndose detrás de una pandemia que todavía no hay casos en San Rafael dijo: respondo a la ley civil
Es increíble o llamativo que no responda a la ley de Dios !!
Dios perdone sus actos !
"Yo también soy científico de la salud" ..."hay menos riesgo de contagio de virus que con la boca".
Pero:
"Hay opiniones de EXPERTOS en el campo de la medicina y la química que dicen que la recepción de la Comunión en la boca no es en sí misma peligrosa y que no es más peligrosa que la recepción directamente en la mano"
dice Mons. Athanasius Schneider.
No existe un derecho a comulgar a las 3 de tarde, pero sí existe un derecho a recibir la comunión en la boca. Por otra parte su argumentación de la primacía de lo comunitario sobre lo individual, aplicada de manera universal, lleva a todos los regímenes despóticos y totalitarios. El bien común es superior al bien individual, pero esa expresión hay que saber entenderla, porque no todo lo que puede determinar quien gobierna el bien común, en este caso de la diócesis, es superior a los derechos de un individuo. Es más, el bien común supone y favorece el derecho del individuo. En otras palabras, hay aspectos en los que el príncipe, ni civil ni eclesiástico, puede intervenir. Y el motivo es muy sencillo: la persona no es persona porque así lo determine o conceda la sociedad, ni sus mandatarios, sino por la creación del alma inmediatamente por Dios. Esta es la argumentación que emplea santo Tomás en II-II 104, a. 5 sobre la limitación de la obediencia, cuando dice EXPLICITAMENTE que no hay que obedecer en todo a los superiores. Por otra parte la afirmación: "La gravedad pasa a ser, por lo tanto ahora, la rebeldía publica" es verdadera si y sólo si es rebeldía frente a una orden legítima, cosa que no sucede aquí, pues el obispo no puede dar esa orden. Le remito de nuevo a todos los grandes teólogos postridentinos, san Roberto Belarmino incluido, que hablaban de la legitimidad, e incluso la obligatoriedad, de la resistencia con la fuerza (y en aquella época no se
A mi me parece muy triste que los obispos se dediquen a estas acciones en vez de servir a Jesucristo.
No es pecado negarse a comulgar en la mano. No es pecado poner un corporal en ella. Si no hay otra información más exhaustiva. Si las acciones de estos seminaristas y de sus profesores no son hábitos de ofensas a Dios, o que realmente no se este enseñando la doctrina de la iglesia sobre el sacerdocio, pues no puede ser que se pueda cerrar un seminario, ni por un obispo ni por nadie.
No debe pedir ningun perdón por hacerme una corrección. Entre todos nos enriquecemos. Quizá no he sido claro al tratar de no extenderme. Cuando dije impropiamente voto de obediencia me refiero a la promesa formal, solemne y publica que realiza el sacerdote en su consagración ante su obispo, ante el pueblo cristiano todo y sobre todo, ante Dios. Con ella expresa su comunion, amor y obediencia con la autoridad jerarquica. Todos la conocemos o la hemos presenciado.
Respecto a la Conferencia Episcopal es una forma más de expresión de colegialidad episcopal. Y si bien sus disposiciones no obligan per se, su cumplimiento manifiesta el grado de compromiso mutuo entre los obispos, responsables no solo de la porción de la Iglesia confiada por Cristo, sino la común solicitud por la Iglesia Universal. De hecho la inmensa mayoria del episcopado argentino apoyó la medida manifestando esa unidad y compromiso.
Y finalmente aqui no se vulnera de ningún modo el Magisterio.
Y si slguien en conciencia cree profanar tan augusto Sacramento, debe formarse correctamente a fin de eliminar prejuicios. Y si no quiere esto, aun asi puede abstenerse de la recepción sacramental hasta tanto se levante la medida, convencido como está, de que esto agrade a Dios.
Bendiciones.
Por el contrario, la desinfección del sacerdote o ministro entre comulgante y comulgante en la boca elimina el riesgo hasta hacerlo en la práctica nulo.
Sólo desde una animosidad contra esos comulgantes se entiende esta norma contra derecho, autoritaria y violadora de las conciencias.
Lo que pensamos es que la comunión en la mano es MENOS REVERENTE.
Y eso es evidente para cualquiera, incluso un ateo que vea comulgar a dos personas, uno en la mano y el otro de rodillas y en la boca.
Por tanto, no queremos que se nos IMPONGA de manera autoritaria, contra derecho y violentando las conciencias una manera menos reverente de comulgar.
Con argumentos sanitarios HARTO cuestionables, Repito que NADIE dice porqué sería riesgoso si el Ministro se desinfecta INCLUSO entre comulgante y comulgante.
La argumentación de Mons Taussig según la cual, comulgar en la mano no puede ser menos reverente porque en ese caso San Paulo VI no la hubiese aprobado, es una falacia.
Para CUALQUIERA que lee Memoriali Domini es EVIDENTE que la consideraba menos reverente. La autorizó por no imponer su autoridad a los desobedientes que, por iniciativa propia habían adoptado esa práctica.
La práctica que ahora se pretende IMPONER a los que siempre han preferido la forma reverente.
Saludos cordiales
José Francisco de Pedro, comentaba esto en otro artículo sobre este asunto:
"Respecto a la controversia de los que no quieren comulgar en la mano, además de un gran desprecio por la vida propia y la de los demás, desconocen la tradición de la Iglesia que, por ejemplo, todos los santos padres de la Iglesia han comulgado en la mano. Tanto es esto así que San Cirilo de Jerusalén, en el siglo V, escribía en el punto 21 de su Catequesis Mistagógica que había que disponer las manos para comulgar una sobre la otra, como si fueran un trono para recibir a nuestro Rey, luego tomar el cuerpo de Cristo con amor y consumirlo, siendo cuidadoso de que ninguna partícula quede en la mano, como si de una limadura de oro fuera, que no se pierda nada, porque mucho más valiosa que el oro es; es el cuerpo del Señor".
El punto es que el derecho a recibir la Comunión de rodillas, no es absoluto.
Y la orden es canonicamente inobjetable. Por esto no se ha planteado ninguna objeción canonica formal y sí tan solo pareceres sobre preferencias.
Estimado Raul de Argentina:
Por fin alguien plantea el tema de la reverencia.
Es interesantísimo, porque toda mi vida he visto comulgantes en la boca que se acercan mirando a los lados, riendose o conversando y que apenas doblan la fila saludan a amigos etc. Es decir, lo exterior solo es válido cuando interiormente primero el alma se rinde ante la majestad de Cristo.
En suma se puede ser irreverente o reverente comulgando en la mano o en la boca.
A titulo personal, también prefiero que todo mi ser exprese adoración, pero me queda clarísimo y sin ningun escrúpulo, que prefiero comulgar en mano a no comulgar.
Y obedecer una orden legítima que será absolutamente transitoria, a seguir la sugestión de la rebeldía.
Bendiciones.
Siguiendo su improcedente ejemplo, a un moribundo se le puede dar la comunión acostado y este puede recibirla con la mayor reverencia, pero no por eso se recomienda o permite siquiera recibirla acostado al que no tiene ningún inconveniente en recibirla de mejor manera.
Resumiendo, su dicotomía disposición interior versus actitud exterior es improcedente. AMBAS deben ser las mejores que se pueda.
La orden ES MUY cuestionable canónicamente dado que la legislación vigente da derecho SIEMPRE a recibir en la boca. Y siempre es SIEMPRE. La apelación a la responsabilidad del Obispo de regular los derechos de los fieles es relativa (caso contrario no hay verdaderos DERECHOS de los files) y MENOS si la legislación dice "SIEMPRE".
Violentar las conciencias en un tema tan delicado, hacerlo con autoritarismo y represalias salvajes es CUALQUIER COSA menos caritativo y paternal. Su argumento de "es inobjetable porque no se han presentado objeciones" está sólo en su imaginación. Ignora totalmente si han sido presentadas.
Yo no tengo porque "rebelarme" contra Mons. Taussig porque no es mi Obispo (a Dios gracias) y, si lo fuese, tengo todo el derecho a no comulgar o hacerlo en otra diócesis. Lo que tengo (tenemos) es el deber en conciencia de señalarle un GROSERO ERROR que justifica en base
Y lo tienen que usar, porque es claro que la mano del fiel también puede ser portadora del virus.
En cuanto la posible molestia del sacerdote, hay que tener en cuenta que se compensa con eliminar la molestia para los fieles, y además, entre una mayor reverencia al Sacramento y un poco menos de trabajo para el sacerdote, la opción parece que es clara.
En realidad, al hacer entrar en juego las manos de los fieles se está abriendo un nuevo frente para luchar contra la infección.
Sin necesidad, a mi juicio, por lo dicho. Es más práctico atender solamente a un par de manos, las del sacerdote, que a las de toda la comunidad.
Y si encima así se respeta mejor al Cuerpo de Cristo...
Saludos cordiales.
No tapemos el sol con un dedo. Está claro que aquí lo que está rigiendo es el deseo de la CEA de cerrar el seminario, pues su ortodoxia incomoda demasiado como la luz molesta a quien vive en la oscuridad, y el deseo de Mons. Taussig de evitar ser el patito feo en la CEA, más aún después de lo que le hicieron a Mons. Martínez en San Luis.
"El punto es que el derecho a recibir la Comunión de rodillas, no es absoluto. Y la orden es canonicamente inobjetable. Por esto no se ha planteado ninguna objeción canonica formal y sí tan solo pareceres sobre preferencias."
Ante todo hablamos de la comunión en la boca, no de rodillas. El que un derecho no sea absoluto (sólo Dios es absoluto) no quiere decir que el gobernante pueda abolirlo. Ya le dije que es claro que en caso de necesidad todo fiel debe salvar el sacramento del altar aun tocándolo con las manos, y la opción de comulgar en la mano es aceptada. Pero eso no conlleva que un superior pueda imponerla. Esta orden es nula canónicamente, pues un obispo NO PUEDE ANULAR UN DECRETO PONTIFICIO, y existen numerosos textos que aseguran el derecho a comulgar en la boca. En su argumentación subyace el error, por desgracia muy extendido en personas de buena voluntad, que la orden del superior, mientras no sea pecado, obliga en conciencia: y eso no siempre es así; por eso me remitía a la enseñanza de santo Tomás y san Roberto Belarmino. Pero es que además, como ya ha señalado Nestor, el efecto higiénico se puede conseguir purificando los dedos en solución hidroalcólica entre un comulgante y otro. Algún sacerdote que conozco lo ha hecho y le aseguro que para grupos de unos cincuenta o cien fieles no alarga más de cinco minutos respecto a lo habitual. Por tanto la orden es injusta y nula de pleno derecho.
Lo importante es con què motivaciones y la disposición interior con que se recibe la comunión.
Las posturas exteriores pueden ser una expresión de adoración o una simple costumbre, o una cabezonada innecesaria. La adoración verdadera es la que se hace desde el interior.
No hay ningún miembro del cuerpo más puro o impuro que otra parte o miembro. Igual lo es la lengua que la boca.
En cuanto a las partículas que puedan quedar en la boca, es fácil mirar la mano y tomarlas directamente con la lengua o con un dedo de la otra mano ligeramente mojado en la lengua. Pensemos que quizás también quedaron migas en el mantel cuando Jesús repartió el pan a los apóstoles.
Hay que actuar con Caridad. Si en tiempos de pandemia, o en otros tiempos, algunas personas pueden tener reparos, o precauciones, si una persona, delante de ella ha comulgado en la boca, creo que es bueno y caritativo quitar ese temor.
Se puede comulgar en la boca al final, cuando hayan comulgado los que lo hacen en la mano. El problema sería cuando se sabe que han terminado de comulgar los que lo hacen en la mano, para ello hay muchas formas de que quede claro, como puede ser una pequeña pausa o cambiando el sacerdote ligeramente de lugar u otra manera apropiada.
Para mi es muy duro que si veo que la persona que va delante de mí en la fila para comulgar, lo he hecho en la boca, marcharme sin comulgar. Quizás sea una debilidad o un grave defecto, pe
Saludos cordiales.
4/08/20 4:47 PM
Cómo quisiera que fijáramos la @atención@ en lo que lo merece de verdad>
Una cosa es la Sana Doctrina que nos une y
otra cosa es la Disciplina, que varía en cada iglesia.
La Iglesia Católica, Apostólica y Universal es UNA, por la cual oró Jesús el Jueves Santo, pero consta de 24 Iglesias cada una con su Rito particular que se fundaron en la diáspora por los Apóstoles... Resultando así 1 Iglesia Romana con sede en el Vaticano, más 23 Iglesias con sus Ritos particulares, sui juris, no dependientes de Roma.
Pienso que a algunas de ellas también se les presenta la Madre de La Iglesia, como a los de Egipto que son de Rito Copto, y en otras partes... que ni sabemos. La UNIDAD de Sana Doctrina, es diferente a la Disciplina particular de cada una.
Me parece MÁS, MUCHO MÁS GRAVE, lo que toca la Sana Doctrina que lo que toca la Disciplina propia de cada Iglesia particular de las 24 Iglesias católicas.
... Pero ESO parece que lo pasan por alto en el Vaticano. Sin embargo, en algunas de las 24 Iglesias ya se han pronunciado sobre las faltas a la Sana Doctrina por parte de Roma. Y han declarado hereje al Papa Francisco. Eso sí trae verdadera Confusión!
A qué jugamos...