El Senado uruguayo aprobó el pasado miércoles, 9 de octubre, la Ley de Reproducción Asistida, que da vía libre a la investigación con embriones. El texto también permite el diagnóstico genético preimplantatario: la selección embrionaria de manera que queden descartados los embriones con enfermedades hereditarias o de baja calidad. Una ‘cosificación’ del ser humano absolutamente inaceptable.
Como es sabido, las técnicas de reproducción asistida obligan a una sobreproducción de embriones. Algunos morirán por descarte de calidad. Otros, no superarán la implantación. Cerca de un 90% quedará en el camino. En resumen, un genocidio legalizado.
La legislación quiebra el derecho de todo ser humano a conocer su identidad genética, tal y como se reconoce en el Pacto de San José, del que Uruguay es signatario. La ley permite que haya donaciones anónimas y prohíbe expresamente la revelación del origen de los gametos. Y, aunque se trata de donaciones altruistas, detrás se esconde un importantísimo negocio.
Por último, la ley abre la puerta a que parejas no casadas y homosexuales puedan someterse a procesos de reproducción asistida, con lo que desaparece el derecho de todo menor a un padre y una madre unidos en un hogar estable.
El texto deberá ser debatido ahora en el Congreso de los Diputados.
A la legalización del aborto del año pasado, a la adopción de menores por parejas homosexuales y al propio ‘matrimonio homosexual’ se está por agregar a la legislación uruguaya una ley de reproducción humana asistida, totalmente contraria a la dignidad humana por lo que se expone más arriba.
Representa la ‘cosificación’ de la persona humana, contraria a su dignidad más elemental. Es la agenda relativista que sigue su curso en un mundo que éticamente va a la deriva.
forumlibertas.com 14-10-2013