El cardenal Rainer Maria Woelki visitó Roma el pasado fin de semana para dar una charla ante el Círculo de Estudiantes Ratzinger. En la misma volvió a ahondar en su conocida crítica al proceso de asamblea sinodal de la Iglesia en Alemania, pero subió el tono de la misma la apuntar la posibilidad de «consecuencias dramáticas».
El arzobispo de Colonia aseguró ante ex aluminos y ex-compañeros de docencia teológica del papa emérito, que hay un grave peligro de que en la vía sinodal alemana se mezclen el bien y el mal
Woelki explicó que en los debates actuales se habla a menudo de un «mayor desarrollo de la enseñanza». y aunque reconoció que se podría desarrollar más la explicación de «lo que es verdad desde la eternidad», eso no debe llevar a una «completa oposición a la autoridad docente de la iglesia de otros tiempos». En este contexto, mencionó un texto del foro sinodal «La mujer en los servicios y ministerios de la Iglesia», que le despertó «temore».
El purpurado acusó a los autores del documento de «citas y omisiones unilaterales» y advirtió que la pregunta sobre los nuevos ministerios no puede ser respondida en contra de la Escritura y la Tradición, en las cuales no está prevista la consagración de las mujeres, al contrario de lo que se sugirió el Foro Sinodal.
El cardenal dijo que en realidad la pregunta que cabe hacerse es por qué no se quiere escuchar la Palabra de Dios. El Foro Sinodal parece querer prepararse conscientemente para la ordenación de mujeres o de la creación de nuevos ministerios, en un intento de dar «respuesta a las sensibilidades» de muchos, que consideran que la exclusión de las mujeres de los ministerios ordenados es injusta.
Ciertamente, admitió el cardenal, hay que encontrar una respuesta a esa realidad de la sociedad moderna, «pero no contra la Revelación», porque de lo contrario la «comunión de interpretación con la iglesia universal» estaría en peligro.
Además, manifestó su «sospecha» de que el debate sobre la crisis de abusos sexuales en la Iglesia, que en un primer momento era la causa real para llevar a cabo la Asamblea Sinodal, en realidad ha servido a algunas personas sólo como «vehículo» para permitir que sus deseos de reforma se hicieran realidad. Deseos que dichas personas llevan fomentando desde hace mucho tiempo.
9 comentarios
El Papa y sus consejeros deberían tomar nota de esa advertencia porque quien la dice no es un cardenal italiano, americano o asiático, sino un alemán que conoce a los obispos alemanes uno por uno, y que a pesar de medir sus palabras, no ignora la gravedad de su denuncia.
¿Qué estrategia tiene la Santa Sede -si es que tiene alguna- para enfrentar el dilema cuando los alemanes anuncien la noticia bomba?
Sólo hay dos caminos y los dos parecen llevar al cisma, porque si Roma acepta las herejías de los alemanes, los que no estén de acuerdo no tendrán más remedio que reconocer el cisma y apartarse.
Y si Roma rechaza las conclusiones, los alemanes crearán su propia iglesia a la que -sin duda- se unirán muchísimos obispos progresistas de los cinco continentes, con lo cual la verdadera Iglesia quedará reducida al pequeño resto del que ya hablaba Isaías y del que la Virgen también habla en muchos de sus mensajes.
A fines de 2019 los obispos alemanes dijeron que se tomarían dos años para dar a conocer esa propuesta que no tendría vuelta atrás, Ya casi pasó un año, así que 2021 será un año decisivo, no sólo para la Iglesia, también para el mundo que con una economía destruida presagia desgracias que pueden causar muchos más muertos que la pandemia...
En todo caso, es lamentable, que no se hayan planteado temas tan ¡¡ urgentes ¡¡ como la Evangelización, el porque de la falta de vocaciones, como rescatar la FE y promover acciones encaminadas a que las Familias y Fieles en general vuelvan a los Sacramentos, y volver a acercarlos a CRISTO que es el CAMINO, la VERDAD y la VIDA.
San Atanasio se descubrió a sí mismo como el único católico en escenarios que habían pasado a ser de herejes. Y defendió la fe verdadera hasta el final.
En Alemania necesitamos figuras por el estilo.
En la época de Jesucristo en todas las religiones paganas había sacerdotisas. Sólo en la religión judía y en la cristiana no había sacerdotisas. Si el sitio de la mujer hubiera estado en la liturgia ó en el sacerdocio, nuestro Señor Jesucristo así lo habría decretado. Él es Dios, y nunca hizo ninguna acepción de personas ni de costumbres humanas. Hablaba y evangelizaba a leprosos, cobradores de impuestos, mujeres adúlteras y pecadores cuando éstos estaban arrepentidos y le buscaban. No seguía las costumbres de la época cuando así convenía, y a pesar de ello la mujer estuvo siempre liturgicamente en segundo plano (con modestia y pudor) mientras los apóstoles y los discípulos debían de ser hombres. El Señor sabrá por qué. Obedezcámosle y obedezcamos a la tradición y a la doctrina milenaria de Su Iglesia.
Una cosa es que la mujer de hoy en día tenga una vida profesional fuera de casa (lo cual está muy bien cuando es una opción libremente tomada y no una obligación porque nos han hecho un mundo donde sólo se puede vivir con dos sueldos) y otra cosa es masculinizar a la mujer y apartarla de la maternidad y del hogar contra su vocación esencial en muchos casos. Y ahora las quieren hacer sacerdotisas... ya sabemos la levadura de esa gente.