Lo pidió el nuevo obispo de Orihuela-Alicante a sus todavía feligreses de la diócesis de San Sebastián, la cual tendrá que abandonar el próximo 12 de febrero por decisión del Papa Francisco.
En la misa del día de la Inmaculada, el pasado 8 de diciembre, Jose Ignacio Munilla quiso comentar, en la Catedral del Buen Pastor de San Sebastián, su reciente nombramiento como obispo de la diócesis de Orihuela-Alicante.
«Es una gran alegría ser hijo de obediencia, ser hijo de la obediencia apostólica; de haber venido a esta diócesis porque la Iglesia se lo pidió a uno; de cambiar de destino cuando se lo piden», señaló el prelado donostiarra.
«Qué gran libertad da la obediencia; de no buscarse uno a sí mismo, sino entender que uno cuando obedece nunca se equivoca. Eso es muy importante», aseguró Munilla.
«También me parece importantísimo subrayar el sentido de fe con el que tenemos que ver un nombramiento episcopal. No nos dejemos contaminar por lecturas ideologizadas y politizadas, no nos dejemos contaminar; rechacémoslo plenamente», alertó el nuevo obispo de Orihuela-Alicante.
«Nosotros creemos en la eclesialidad, y que el obispo tenga un nombre u otro poco importa. Es ministro de Jesucristo, y solo eso debe estar presente en nuestra vida», indicó el prelado.
Munilla explicó que «hay una incapacidad de entender lo que es la Iglesia desde las categorías ideológicas politizadas», y pidió a los fieles que fueran coscientes de ello. «Esas categorías politizadas nos ciegan, nos hacen incapaces de ver el misterio de la Iglesia en la que Jesucristo se hace presente», advirtió el obispo de 60 años.
Munilla exhortó a los fieles de San Sebastián a preparar «la mejor de las acogidas» a su futuro sucesor, que aún no se ha hecho público. «A mí me daría alguien un disgusto si no le acogiese plenamente con el corazón abierto a quien sea elegido mi sucesor», confesó.
«No nos dejemos contaminar por comentarios distorsionados, no hagáis ni caso. Nosotros a lo nuestro», reiteró antes de reconocer que había sido «un honor» ser el pastor de la diócesis vasca.
Munilla terminó su discurso parafraseando a san Agustín, diciendo: «para vosotros he sido obispo, pero con vosotros he sido, y seguiré siendo, cristiano seguidor de Jesucristo», lo que devino en una fuerte ovación por parte de los fieles presentes.
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